La celebración de este día se remonta al año
2014, cuando un grupo de organizaciones internacionales de salud y derechos de
la mujer (WASH United, WaterAid, Plan
International, Save the
children y World Vision, entre otras) decidieron unirse para abogar por una mayor
atención y recursos en torno a la higiene menstrual. Se eligió esta fecha
(28/5) porque los ciclos menstruales tienen una duración media de 28 días y las
personas menstrúan cinco días al mes, como promedio.
En España, tenemos buenas noticias
relacionadas con este tema.
Para hablar de higiene menstrual desde una
ENTREVISTA
Elvira Carrió: ¿Qué es el
estigma menstrual?
Eva Sarachaga: Son todas aquellas creencias y mitos en torno a la menstruación que
limitan y condicionan la vida de las mujeres y la forma en la que viven su
salud sexual y reproductiva. El
estigma menstrual es una fuente de desigualdad y discriminación que sufren las
mujeres por el hecho de tener la menstruación.
Elvira: ¿Cómo
impacta este estigma en las mujeres?
Eva: Durante
años se les ha prohibido realizar actividades, se les ha marginado y apartado
y, en consecuencia, se han vulnerado sus derechos y libertades. Dependiendo del
lugar y país la menstruación tiene unas creencias sociales diferentes, sin
embargo, globalmente, la menstruación ha estado ligada a un concepto negativo
que ha limitado la vida de las mujeres.
Por una parte, condiciona la forma en la que
las mujeres viven, sintiendo vergüenza, necesidad de ocultarla o tratar la
menstruación como un tema tabú. A su vez, ha limitado el conocimiento e
investigación sobre la salud de las mujeres a la par que ha generado un
desconocimiento sobre nuestros propios cuerpos.
Elvira: ¿Cuáles son los orígenes
del estigma menstrual?
Eva: En
el caso de la menstruación, su significado va más allá de la biología y se
articula con lo cultural, dotándola de un significado simbólico y generando una
serie de creencias que afectan a cómo ha sido vista históricamente por
diferentes sociedades. Estas creencias han generado una serie de tabúes y mitos
sobre la menstruación que han condicionado la vida de las mujeres a lo largo de
la historia y, muchas de ellas, aún se mantienen en la actualidad.
Elvira:
¿Qué creencias sin evidencia o mitos se dan en torno a la
menstruación?
Eva: Existen
numerosas creencias asociadas a la menstruación que varían según la cultura. Se
asocia la menstruación con el hecho de convertirse en mujer cuando las niñas
tienen la primera menstruación, la menarquia. Así, se relaciona ‘ser mujer’ con
el ciclo fértil en función de la biología y el hecho de poder concebir, sin
tener en cuenta la madurez física, afectiva e intelectual de las mujeres. Por
ejemplo, en muchas sociedades, la edad permitida del matrimonio se asocia a la
menarquia, porque es durante este periodo que la niña es considerada
‘funcionalmente’ mujer, cuando el hecho de tener un cuerpo funcionalmente apto
para tener descendencia, no las convierte en mujeres adultas. Sucede lo mismo
con la menopausia y la creencia de que dejar de menstruar te hace menos mujer.
Socialmente, la menopausia está cargada de connotaciones negativas asociadas al
fin de la edad fértil y la vejez.
La antropóloga Alicia Botello realizó una
investigación sobre las creencias menstruales a lo largo de la historia en
España. Entre otras, se prohibía participar a las mujeres en la recogida de la
vendimia, las cacerías o las matanzas alegando que si estaban menstruando
podían estropear la producción, con lo que se las alejaba y excluía de dichas
actividades. Pero realmente, estas normas culturales han podido ser una forma
de control sobre las mujeres, excluyéndolas de los medios de producción y de la
principal actividad económica de cada región. También está la creencia de que
las mujeres no debían lavarse durante su sangrado al pensar que esto podría
cortar el flujo menstrual. Sin embargo, se teoriza que esta relación no es
casual y responde a un mecanismo de control para que las mujeres no abusaran
del empleo del agua. Se sospecha que esta creencia puede estar más extendida en
regiones con falta de acceso al agua.
Otra creencia globalmente extendida es asociar
la menstruación a algo sucio, que huele mal, impuro o que hay que ocultar. Sin
embargo la menstruación no es algo sucio que huele mal y que ha de causar
rechazo, es un proceso fisiológico natural.
Elvira: ¿Cómo
afecta ese tabú a las españolas? ¿Existe ese tabú?
Eva:
El tabú es el hecho de silenciar o evitar nombrar algo.
Vivimos día a día en el tabú menstrual cuando escondemos y no hablamos
abiertamente de la menstruación, tratándola como una palabra prohibida;
utilizando eufemismos como periodo, el mes, estar mala, estar indispuesta;
cuando la sangre en los anuncios de publicidad se vuelve azul; o cuando nos
pasamos la compresa a escondidas para que nadie pueda ver que estamos menstruando.
El tabú silencia la menstruación provocando que se normalicen y perpetúen
ciertas conductas.
Elvira: Junto
con el estigma de la menstruación, el 28 de mayo pretende sensibilizar sobre la
pobreza menstrual. ¿Qué es la pobreza menstrual y cómo se manifiesta en España?
Eva: Se
estima que un 20% de las mujeres en España sufre esta situación. La pobreza
menstrual hace referencia a la vulnerabilidad económica a la que se enfrentan
mujeres y niñas debido a la carga financiera asociada a la menstruación. Esta
estadística también se mantiene en la Unión Europea, según el movimiento Break
Free From Plastic, una de cada cinco mujeres no puede permitirse comprar los
productos menstruales básicos.
Desde 2023, con la nueva Ley sobre salud
sexual y reproductiva, se han aprobado una serie de medidas destinadas a
contrarrestar la pobreza menstrual como la dispensación gratuita de productos
menstruales en centros educativos, penitenciarios y centros sociales. Estas
medidas ponen un foco especial en garantizar el acceso de los mismos a mujeres
en riesgo de exclusión. Algunas Comunidades Autónomas como Cataluña, ya han
aprobado un plan de equidad menstrual, que busca garantizar el acceso a
productos menstruales de manera gratuita y establecer una serie de red de puntos
para su distribución. Otra de las medidas destinadas a combatir la pobreza
menstrual es la bajada del IVA de los productos menstruales del 10% al 4%,
reconociéndolos, por fin, como de primera necesidad.
Elvira: ¿Qué opinas de la baja laboral por regla dolorosa? ¿Qué opinas de las
políticas feministas en España?
Eva: Por
una parte trata la dismenorrea, dolor menstrual, apropiadamente, como un
proceso que puede incapacitar la vida de las mujeres. Se estima que un 15% de
las mujeres que sufren de dismenorrea, el dolor puede ser incapacitante e
interferir en las actividades diarias. La dismenorrea normalmente está causada
por endometriosis o miomas uterinos. Es favorable que haya leyes que traten la
menstruación y visibilicen el dolor menstrual desde un punto de vista fuera del
productivismo, es una manera de poner de manifiesto el dolor que muchas mujeres
puedan sentir y padecer.
La nueva Ley también recoge un apartado
dedicado a la promoción de la salud sexual y reproductiva. Se ha de continuar
con campañas de educación menstrual, especialmente en jóvenes y adolescentes:
una forma de romper con el estigma menstrual es a través de la educación
favoreciendo el conocimiento de nuestros cuerpos, entendiendo cómo nos afecta
física y emocionalmente.
Asimismo, necesitaríamos políticas que
incrementen la investigación sobre la salud de las mujeres. Actualmente hay muy
pocos estudios que hayan incidido en el comportamiento fisiológico normal del
ciclo menstrual. No se conocen al completo las características fisiológicas normales.
Y, por ejemplo, en ciertas patologías como la endometriosis, trastorno en el
que se menstrua dentro de la cavidad abdominal causando dolores intensos o
contracciones uterinas, hay un retraso en el diagnóstico de hasta 10 años. No
puede tolerarse que, aunque esta patología afecte a entre un 5 y 10% de las
mujeres, siga sin haber un diagnóstico precoz. No se puede acallar el dolor sin
buscar una explicación.
Elvira: Referente
a la falta de estudios científicos centrados en el ciclo menstrual, tenemos un ejemplo
reciente con la vacuna del COVID-19. A pesar de que las vacunas se empezaron a
distribuir en 2021, no fue hasta el 2022 cuando se publicó su efecto en la
menstruación mostrando que incrementaba la duración del ciclo menstrual.
Diferentes
colectivos, especialmente en las redes, se están movilizando en torno al
activismo menstrual, ¿nos podrías explicar en qué consiste?
Eva: Podríamos
definir el activismo menstrual como la serie de acciones y reivindicaciones que
buscan cambiar el paradigma del estigma menstrual mediante actos simbólicos o
reivindicaciones que exigen nuevas directrices en los derechos sexuales y
reproductivos de las mujeres.
Algunas de las acciones emprendidas por el
activismo menstrual reclaman como derecho básico el acceso universal de
productos menstruales. Además, desde algunos sectores se ha movilizado una
campaña para la declaración obligatoria de los componentes de los productos
menstruales, pidiendo una regulación sanitaria más específica y alternativas
más saludables y ecológicas.
Otras acciones están más ligadas a la
visibilización de la menstruación y la ruptura del estigma, como, por ejemplo,
el caso de Kiram Gandhi, atleta que corrió la maratón de Londres durante su
menstruación dejando ver la sangre en su pantalón; o Rupi Kaur, artista que fue
censurada en Instagram por publicar una fotografía en la que aparecía tumbada
sobre su cama con una mancha de sangre menstrual en el pijama. Ambos son actos
simbólicos que cuestionan la manera en la que es vista la menstruación.
Desde otros sectores del activismo menstrual
la mirada está centrada en incrementar el conocimiento científico del cuerpo o
como a través de materias como, por ejemplo, la nutrición o fisioterapia poder
tener una mejor salud. Como bien comentas, durante el año 2021 algunas mujeres
empezaron a notar que la vacuna frente al COVID-19 causaba alteraciones en sus
ciclos menstruales. Pudimos vivir un episodio de activismo cuando, a través de
una plataforma web, se llevó a cabo una campaña internacional para solicitar estudios
científicos que reportasen claridad sobre los efectos adversos de la vacuna del
coronavirus en el ciclo menstrual. Fue ya en 2022 cuando se publicaron los
primeros estudios confirmando dicho vínculo.
Elvira: ¿Quieres añadir alguna reflexión más antes de terminar la
entrevista?
Eva: Como
despedida propondría un cambio en la mirada sobre la menstruación, dejar de
verlo como algo molesto y tratarlo como algo vital, como un proceso biológico
natural indicativo de nuestro bienestar favoreciendo el conocimiento sobre los
procesos de nuestros cuerpos.
Para
terminar, os dejamos con varios links de webs y colectivos que realizan
activismo menstrual fuera y dentro de España:
Princesas
menstruantes: https://www.princesasmenstruantes.com/educacion-menstrual-2/
Dignified menstruation: https://www.instagram.com/dignified_menstruation/
The menopause canvas: https://twitter.com/menopausecanvas?s=21
Period society: https://www.theperiodsociety.org/
Menstruita: https://www.instagram.com/menstruita/
Elvira Carrió es miembro activo de WGH Spain,
redactora científica y consultora en salud global.