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ENTREVISTA A EVA SARACHAGA POR EL DÍA INTERNACIONAL DE LA HIGIENE MENSTRUAL (28 DE MAYO)

     El 28 de mayo se celebra el día internacional de la higiene menstrual. Este día tiene como objetivo crear conciencia sobre la importancia de la higiene menstrual, acabar con el estigma y la vergüenza asociados con la menstruación y garantizar que todas las personas que menstrúan tengan acceso a productos de higiene menstrual seguros, adecuados y asequibles, y a instalaciones sanitarias adecuadas para su uso durante su periodo.

La celebración de este día se remonta al año 2014, cuando un grupo de organizaciones internacionales de salud y derechos de la mujer (WASH United, WaterAid, Plan International, Save the children y World Vision, entre otras)  decidieron unirse para abogar por una mayor atención y recursos en torno a la higiene menstrual. Se eligió esta fecha (28/5) porque los ciclos menstruales tienen una duración media de 28 días y las personas menstrúan cinco días al mes, como promedio.

En España, tenemos buenas noticias relacionadas con este tema. El 1 de junio de este año entrará en vigor la nueva Ley de Salud Sexual y Reproductiva que incluye la baja laboral por regla dolorosa y que los productos vinculados a la higiene y la gestión menstrual sean dispensados de forma gratuita en centros educativos, penitenciarios y de servicios sociales. Las mujeres con menstruación incapacitante que tengan dolores intensos, calambres, cólicos, náuseas, mareos y vómitos podrán  acudir al médico/médica de cabecera de la Seguridad Social para solicitar la correspondiente baja. En principio, la baja por incapacidad temporal tendrá una duración de tres días bajo supervisión médica, con capacidad de ampliar a cinco y estará pagada por la SS. Se ha estimado que el 1% de las mujeres españolas podrían acogerse a dicho permiso. Con esta ley, la legislación española incluye por primera vez el derecho a la salud menstrual como parte del derecho fundamental a la salud de todas las mujeres. España es el primer país de Europa que implementa esta ley a nivel nacional, pero leyes similares son vigentes en Japón, Indonesia, Taiwán y Corea del Sur. En Castellón y en Girona ya existían bajas similares por regla dolorosa, y en el País Vasco existía una iniciativa a nivel autonómico en materia de pobreza menstrual.

Para hablar de higiene menstrual desde una perspectiva feminista, hoy entrevistamos a Eva Sarachaga, miembro de WGH Spain experta en el tema. Eva es licenciada en Biomedicina y ha finalizado un estudio centrado en el estigma menstrual, que ha defendido como trabajo final de máster en el Máster de Cooperación Internacional y Educación Emancipadora, de la Euskal Herriko Unibertsitatea (Universidad del País Vasco). Anteriormente, también finalizó un máster en Biomedicina (Universidad Carlos III, Madrid), donde realizó un proyecto sostenible para la fabricación de copas menstruales.

 

ENTREVISTA

 

Elvira Carrió: ¿Qué es el estigma menstrual?

Eva Sarachaga: Son todas aquellas creencias y mitos en torno a la menstruación que limitan y condicionan la vida de las mujeres y la forma en la que viven su salud sexual y reproductiva. El estigma menstrual es una fuente de desigualdad y discriminación que sufren las mujeres por el hecho de tener la menstruación.

 

Elvira: ¿Cómo impacta este estigma en las mujeres?

Eva: Durante años se les ha prohibido realizar actividades, se les ha marginado y apartado y, en consecuencia, se han vulnerado sus derechos y libertades. Dependiendo del lugar y país la menstruación tiene unas creencias sociales diferentes, sin embargo, globalmente, la menstruación ha estado ligada a un concepto negativo que ha limitado la vida de las mujeres.

Por una parte, condiciona la forma en la que las mujeres viven, sintiendo vergüenza, necesidad de ocultarla o tratar la menstruación como un tema tabú. A su vez, ha limitado el conocimiento e investigación sobre la salud de las mujeres a la par que ha generado un desconocimiento sobre nuestros propios cuerpos.

 

Elvira: ¿Cuáles son los  orígenes del estigma menstrual?

Eva: En el caso de la menstruación, su significado va más allá de la biología y se articula con lo cultural, dotándola de un significado simbólico y generando una serie de creencias que afectan a cómo ha sido vista históricamente por diferentes sociedades. Estas creencias han generado una serie de tabúes y mitos sobre la menstruación que han condicionado la vida de las mujeres a lo largo de la historia y, muchas de ellas, aún se mantienen en la actualidad.

 

Elvira: ¿Qué creencias sin evidencia o mitos se dan en torno a la menstruación?

Eva: Existen numerosas creencias asociadas a la menstruación que varían según la cultura. Se asocia la menstruación con el hecho de convertirse en mujer cuando las niñas tienen la primera menstruación, la menarquia. Así, se relaciona ‘ser mujer’ con el ciclo fértil en función de la biología y el hecho de poder concebir, sin tener en cuenta la madurez física, afectiva e intelectual de las mujeres. Por ejemplo, en muchas sociedades, la edad permitida del matrimonio se asocia a la menarquia, porque es durante este periodo que la niña es considerada ‘funcionalmente’ mujer, cuando el hecho de tener un cuerpo funcionalmente apto para tener descendencia, no las convierte en mujeres adultas. Sucede lo mismo con la menopausia y la creencia de que dejar de menstruar te hace menos mujer. Socialmente, la menopausia está cargada de connotaciones negativas asociadas al fin de la edad fértil y la vejez.

La antropóloga Alicia Botello realizó una investigación sobre las creencias menstruales a lo largo de la historia en España. Entre otras, se prohibía participar a las mujeres en la recogida de la vendimia, las cacerías o las matanzas alegando que si estaban menstruando podían estropear la producción, con lo que se las alejaba y excluía de dichas actividades. Pero realmente, estas normas culturales han podido ser una forma de control sobre las mujeres, excluyéndolas de los medios de producción y de la principal actividad económica de cada región. También está la creencia de que las mujeres no debían lavarse durante su sangrado al pensar que esto podría cortar el flujo menstrual. Sin embargo, se teoriza que esta relación no es casual y responde a un mecanismo de control para que las mujeres no abusaran del empleo del agua. Se sospecha que esta creencia puede estar más extendida en regiones con falta de acceso al agua.

Otra creencia globalmente extendida es asociar la menstruación a algo sucio, que huele mal, impuro o que hay que ocultar. Sin embargo la menstruación no es algo sucio que huele mal y que ha de causar rechazo, es un proceso fisiológico natural.

 

Elvira: ¿Cómo afecta ese tabú a las españolas? ¿Existe ese tabú?

Eva: El tabú es el hecho de silenciar o evitar nombrar algo. Vivimos día a día en el tabú menstrual cuando escondemos y no hablamos abiertamente de la menstruación, tratándola como una palabra prohibida; utilizando eufemismos como periodo, el mes, estar mala, estar indispuesta; cuando la sangre en los anuncios de publicidad se vuelve azul; o cuando nos pasamos la compresa a escondidas para que nadie pueda ver que estamos menstruando. El tabú silencia la menstruación provocando que se normalicen y perpetúen ciertas conductas.

 

Elvira: Junto con el estigma de la menstruación, el 28 de mayo pretende sensibilizar sobre la pobreza menstrual. ¿Qué es la pobreza menstrual y cómo se manifiesta en España?

Eva: Se estima que un 20% de las mujeres en España sufre esta situación. La pobreza menstrual hace referencia a la vulnerabilidad económica a la que se enfrentan mujeres y niñas debido a la carga financiera asociada a la menstruación. Esta estadística también se mantiene en la Unión Europea, según el movimiento Break Free From Plastic, una de cada cinco mujeres no puede permitirse comprar los productos menstruales básicos.

Desde 2023, con la nueva Ley sobre salud sexual y reproductiva, se han aprobado una serie de medidas destinadas a contrarrestar la pobreza menstrual como la dispensación gratuita de productos menstruales en centros educativos, penitenciarios y centros sociales. Estas medidas ponen un foco especial en garantizar el acceso de los mismos a mujeres en riesgo de exclusión. Algunas Comunidades Autónomas como Cataluña, ya han aprobado un plan de equidad menstrual, que busca garantizar el acceso a productos menstruales de manera gratuita y establecer una serie de red de puntos para su distribución. Otra de las medidas destinadas a combatir la pobreza menstrual es la bajada del IVA de los productos menstruales del 10% al 4%, reconociéndolos, por fin, como de primera necesidad.

 

Elvira: ¿Qué opinas de la baja laboral por regla dolorosa? ¿Qué opinas de las políticas feministas en España?

Eva: Por una parte trata la dismenorrea, dolor menstrual, apropiadamente, como un proceso que puede incapacitar la vida de las mujeres. Se estima que un 15% de las mujeres que sufren de dismenorrea, el dolor puede ser incapacitante e interferir en las actividades diarias. La dismenorrea normalmente está causada por endometriosis o miomas uterinos. Es favorable que haya leyes que traten la menstruación y visibilicen el dolor menstrual desde un punto de vista fuera del productivismo, es una manera de poner de manifiesto el dolor que muchas mujeres puedan sentir y padecer.

La nueva Ley también recoge un apartado dedicado a la promoción de la salud sexual y reproductiva. Se ha de continuar con campañas de educación menstrual, especialmente en jóvenes y adolescentes: una forma de romper con el estigma menstrual es a través de la educación favoreciendo el conocimiento de nuestros cuerpos, entendiendo cómo nos afecta física y emocionalmente.

Asimismo, necesitaríamos políticas que incrementen la investigación sobre la salud de las mujeres. Actualmente hay muy pocos estudios que hayan incidido en el comportamiento fisiológico normal del ciclo menstrual. No se conocen al completo las características fisiológicas normales. Y, por ejemplo, en ciertas patologías como la endometriosis, trastorno en el que se menstrua dentro de la cavidad abdominal causando dolores intensos o contracciones uterinas, hay un retraso en el diagnóstico de hasta 10 años. No puede tolerarse que, aunque esta patología afecte a entre un 5 y 10% de las mujeres, siga sin haber un diagnóstico precoz. No se puede acallar el dolor sin buscar una explicación.

 

Elvira: Referente a la falta de estudios científicos centrados en el ciclo menstrual, tenemos un ejemplo reciente con la vacuna del COVID-19. A pesar de que las vacunas se empezaron a distribuir en 2021, no fue hasta el 2022 cuando se publicó su efecto en la menstruación mostrando que incrementaba la duración del ciclo menstrual.

Diferentes colectivos, especialmente en las redes, se están movilizando en torno al activismo menstrual, ¿nos podrías explicar en qué consiste?

Eva: Podríamos definir el activismo menstrual como la serie de acciones y reivindicaciones que buscan cambiar el paradigma del estigma menstrual mediante actos simbólicos o reivindicaciones que exigen nuevas directrices en los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

Algunas de las acciones emprendidas por el activismo menstrual reclaman como derecho básico el acceso universal de productos menstruales. Además, desde algunos sectores se ha movilizado una campaña para la declaración obligatoria de los componentes de los productos menstruales, pidiendo una regulación sanitaria más específica y alternativas más saludables y ecológicas.

Otras acciones están más ligadas a la visibilización de la menstruación y la ruptura del estigma, como, por ejemplo, el caso de Kiram Gandhi, atleta que corrió la maratón de Londres durante su menstruación dejando ver la sangre en su pantalón; o Rupi Kaur, artista que fue censurada en Instagram por publicar una fotografía en la que aparecía tumbada sobre su cama con una mancha de sangre menstrual en el pijama. Ambos son actos simbólicos que cuestionan la manera en la que es vista la menstruación.

Desde otros sectores del activismo menstrual la mirada está centrada en incrementar el conocimiento científico del cuerpo o como a través de materias como, por ejemplo, la nutrición o fisioterapia poder tener una mejor salud. Como bien comentas, durante el año 2021 algunas mujeres empezaron a notar que la vacuna frente al COVID-19 causaba alteraciones en sus ciclos menstruales. Pudimos vivir un episodio de activismo cuando, a través de una plataforma web, se llevó a cabo una campaña internacional para solicitar estudios científicos que reportasen claridad sobre los efectos adversos de la vacuna del coronavirus en el ciclo menstrual. Fue ya en 2022 cuando se publicaron los primeros estudios confirmando dicho vínculo.

 

Elvira: ¿Quieres añadir alguna reflexión más antes de terminar la entrevista?

Eva: Como despedida propondría un cambio en la mirada sobre la menstruación, dejar de verlo como algo molesto y tratarlo como algo vital, como un proceso biológico natural indicativo de nuestro bienestar favoreciendo el conocimiento sobre los procesos de nuestros cuerpos.

 

Para terminar, os dejamos con varios links de webs y colectivos que realizan activismo menstrual fuera y dentro de España:

 

Princesas menstruantes: https://www.princesasmenstruantes.com/educacion-menstrual-2/

Dignified menstruation: https://www.instagram.com/dignified_menstruation/

The menopause canvas: https://twitter.com/menopausecanvas?s=21

Period society: https://www.theperiodsociety.org/

Menstruita: https://www.instagram.com/menstruita/

 

Elvira Carrió es miembro activo de WGH Spain, redactora científica y consultora en salud global.

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