Entrevista a Elena Dacal, coordinadora de proyectos de Salud Global.

#HASTALOSOVARIOS

Elena Dacal, coordinadora de proyectos de Salud Global:

“Tiene que haber más investigación científica con perspectiva de género porque históricamente la mayoría de los estudios clínicos se han diseñado por y para hombres”

Esta bióloga lidera varias iniciativas para diagnosticar enfermedades tropicales desatendidas con un microscopio y un móvil con inteligencia artificial
Octubre 2024 / REDACCIÓN WGH-SPAIN

Elena Dacal, de formación bióloga, lidera varios proyectos de Salud Global en una innovadora empresa llamada Spotlab, que utiliza la inteligencia artifical (IA) para mejorar la atención sanitaria. “Me dedico a las enfermedades tropicales desatendidas y, en concreto, a favorecer el diagnóstico y el tratamiento a poblaciones vulnerables, que son las más afectadas por estas enfermedades”, explica. La labor que desarrolla parece sacada de una película de ciencia ficción, pero ella lo cuenta, con una sonrisa, como si fuese una labor de lo más común. Estos novedosos proyectos ocupan la mitad de su jornada laboral y la otra mitad la dedica a investigar, también enfermedades desatendidas, para la Escuela Nacional de Sanidad. Aparte, estudia Antropología porque cree “que un punto clave es tener en cuenta la parte cultural y las necesidades de las poblaciones como, por ejemplo, qué dificultades pueden tener los pacientes y sus cuidadores para acceder al diagnóstico y tratamiento, también las creencias populares sobre una enfermedad o la perspectiva de la medicina tradicional del lugar”. Elena reconoce que está un poco nerviosa “porque no estoy acostumbrada a que me entrevisten”, pero responde con aparente tranquilidad y con una claridad pedagógica que, cuando se dé a conocer su trabajo, va a provocar llamadas de muchos medios. “Soy una apasionada del teatro, porque en un mundo en que todo es digital, el poder ver algo en tiempo real, único e irrepetible, es lo que más me acerca a la vida”, añade. 

 

¿Esa pasión por el teatro es un escape a una vida laboral muy vinculada a lo digital?

Muy vinculada a lo digital, pero con aplicación directa en tiempo real.

 

Ese matiz es importante.

Muy importante porque desarrollamos tecnologías para favorecer el diagnóstico en tiempo real con algoritmos de IA, que integramos dentro un teléfono móvil que se acopla a un microscopio.

 

¿Perdón?

Sí, para muchas enfermedades tropicales desatendidas, que son a las que nos dedicamos, se utiliza un microscopio para diagnosticar en muestras de sangre porque no tienen más medios y son zonas empobrecidas o remotas. Lo que hacemos es simplemente aplicar un teléfono móvil, que hay en cualquier parte, que viene con una aplicación y un algoritmo que sugiere dónde podría haber, en esa muestra, un parásito de la enfermedad. La app registraría ese resultado haciendo una detección del parásito y también una cuantificación. Eso sí, la responsabilidad final es del sanitario para determinar si ese hallazgo es o no lo que la IA está detectando.

 

Impresionante. 

La idea es dar acceso a diagnósticos de calidad a través de estas herramientas a zonas donde no se tiene la experiencia suficiente, hay falta de formación, son patologías a las que no están acostumbrados o sí, pero el trabajo del microscopista es muy duro, son muchas horas, a veces la vista está cansada, no hay suficiente luz y los hallazgos pueden pasar desapercibidos. 

 

¿Con qué enfermedades se está aplicando?

Ahora mismo para filiariasis, malaria, chagas, leishmaniasis visceral… Estamos intentando abarcar casi todas las enfermedades tropicales desatendidas que se diagnostican por microscopio y hacer un algoritmo universal para todo tipo de muestra. Hemos empezado con sangre porque es con lo que más experiencia teníamos y posteriormente lo haremos para heces. También lo estamos aplicando a enfermedades oncohematológicas como, por ejemplo, la leucemia, con el objetivo de lanzar el mensaje que este tipo de metodologías son transversales, de manera que se pueden utilizar en centros punteros de Europa y también en hospitales rurales de Kenia.

 

Suena muy prometedor. 

Sí, esperamos que sea exitoso porque tiene un impacto muy grande. Yo me centro sobre todo en el diagnóstico, aunque también estamos desarrollando una nueva línea para tratamientos. 

 

¿En qué consiste?

La idea es juntar la imagen del microscopio para hacer un diagnóstico y tener datos de diferentes fuentes, como bases de datos muy grandes de ensayos clínicos, para hacer una aplicación que te permita un análisis multimodal de estos pacientes. Se hace así una predicción de qué tratamiento le va a ir mejor o no, en función de la respuesta de otros pacientes similares.

 

Este mes de octubre se ha celebrado el Día Internacional de Erradicación de la Pobreza. ¿Todas estas herramientas de IA pueden contribuir a ello?

No sé si tanto a la erradicación de la pobreza, pero en el ámbito de la salud están teniendo mucho impacto para acelerar los diagnósticos y también con otras cuestiones. Ahora hay un gran boom de técnicas no invasivas y la IA puede hacer cosas como diagnosticar un Alzheimer precoz a través de la retina del ojo. Todos estos desarrollos de IA tenemos que hacerlos de una forma responsable para generar un impacto positivo y que se lleven a cabo no sólo en países con recursos económicos, también en otros entornos desfavorecidos. De lo contrario, la desigualdad entre unos países y otros va a ser mayor. 

 

Hay mucha controversia, no obstante, en torno a la IA. 

A nivel europeo, estamos siendo pioneros en la regulación. Es un tema complejo porque es una tecnología que ya ha explotado y no ha habido una regulación previa, entonces es difícil trabajar sobre algo que ya se está utilizando, pero sin duda creo que es imprescindible que haya regulación. Hay que ser muy conscientes y críticos con estas herramientas porque la línea que separa su impacto positivo o negativo es muy fina. Creo que tenemos que construir una sociedad más crítica para saber si lo que estamos utilizando tiene validez o no, y en qué contexto. 

 

Este año, nuestra organización, WGH Spain, tiene como tema el liderazgo en salud global. Como líder de proyectos en este ámbito de trabajo, ¿qué mensaje querría compartir?

Una de las reflexiones que podría hacer es que ahora soy más consciente de la falta de representación de mujeres en puestos de liderazgo. A pesar de que hay muchas mujeres en ciencia, hay muy pocas que llegan a puestos de liderazgo. Eso invita a la reflexión para saber por qué no estamos llegando a esos puestos.

 

¿Y cuál cree que es la respuesta?

Por un lado, está la dificultad de la conciliación familiar, porque sigue existiendo mucha carga de cuidados y roles que impiden tomar ciertas posiciones, y luego otra cosa es que hay una falta de valoración de las capacidades de las mujeres. Hay veces que nos sentimos infravaloradas simplemente por el hecho de ser mujeres y nuestros éxitos pasan desapercibidos o se invisibilizan, como la historia de la mujer en la ciencia. Otro ejemplo, siempre se nos ha asociado, y esto es muy de Antropología, con labores de agricultura, ¡no!, nosotras también hemos sido cazadoras, ¡y muy buenas!, y no hemos sido solo recolectoras. Se nos ha invisibilizado a lo largo de la historia y esto está teniendo todavía una consecuencia sobre el presente.

 

¿Qué consejo daría a otras mujeres en este sentido?

Las mujeres tenemos que atrevernos y confiar porque a pesar de que, a veces, no hay referentes, eso puede ser una fuerza para convertirnos las referentes que nos falta para muchas otras que vienen detrás. También hay que tratar de hacer redes con otras mujeres, como hace WGH, porque formar parte de este tipo de redes es muy útil para sentirte apoyada, acompañada…, para aprender y compartir, y también es muy importante para la gente que está empezando. 

 

Nuestra pregunta final: ¿de qué está hasta los ovarios?

De muchas cosas, pero en el ámbito del género y la salud, de la infravaloración de la capacidad de las mujeres. Cuando una mujer está en una determinada posición, se cuestiona por qué está ahí. Estoy hasta los ovarios de que tengamos que defender nuestras posiciones cuando la realidad es que somos totalmente válidas y tenemos que estar ahí porque nos lo hemos ganado con méritos propios. Es uno de los temas más incendiarios para mí, el del cuestionamiento de por qué una mujer está en una determinada posición y esa infravaloración que se nos hace. 

 

¿Alguna otra cuestión que quiera añadir?

Creo que son muy necesarios estudios e investigaciones, en general y sobre todo en salud, con perspectiva de género. Hay muchas enfermedades que afectan a las mujeres, como la endometriosis o el síndrome del ovario poliquístico, que han sido invisibilizadas y no han existido porque simplemente nos afectaban a las mujeres. Esto hay que ponerlo sobre la mesa y tiene que haber más investigación científica con perspectiva de género porque históricamente la mayoría de los estudios clínicos se han diseñado por y para hombres. Entonces, desde la identificación de síntomas específicos para mujeres como en enfermedades cardiovasculares o hasta la invisibilización de enfermedades, hay que dedicar investigación y recursos. 

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