Acoso sexual y abuso de poder en los ámbitos académico y sanitario

Barcelona, España – 6 de octubre de 2023.

De un beso no consentido a un estudio científico sobre el movimiento #Seacabó contra el sexismo generalizado en la sociedad.

Nunca imaginaría la jugadora de la selección española de fútbol que el desagradable episodio que se produjo el pasado mes de agosto tras la victoria en el Mundial Femenino de la FIFA iba a generar una reacción de apoyo en la sociedad española que acabaría llamando la atención de investigadoras en salud, algunas de ellas asociadas a la asociación para la equidad de género en salud, Women in Global Health Spain (WGH Spain), para poner en marcha un estudio cuyos resultados recoge hoy la revista académica The Lancet Regional Health – Europe.

A finales del pasado mes de agosto, un grupo de investigadoras de la salud global lanzaba una iniciativa invitando a las mujeres de los ámbitos sanitario y académico a compartir de forma anónima sus malas experiencias con el acoso sexual y otras formas de abusos de poder.

El objetivo era averiguar si incidentes como el producido en el ámbito deportivo estaba también presente en otros sectores. La recogida de testimonios se iniciaba través de las redes sociales el 29 de agosto, finalizando el 11 de septiembre tras la recopilación de 345 historias personales, arrojando luz sobre este grave problema generalizado de sexismo y acoso sexual.

“#SeAcabó no es exactamente el #MeToo español, podemos considerarlo más suave porque no señala directamente a los culpables. Sin embargo, se presenta como un señalamiento más radical y directo de las causas estructurales que producen y/o facilitan este tipo de acoso tan presente en nuestra sociedad” afirma una de las siete autoras del estudio, Elena González-Rojo, profesora de la Fundación Universidad Pablo de Olavide.

El estudio revela unos datos alarmantes; el 73,6% de los encuestados informaron haber sufrido acoso sexual y el el 28,7% alguna forma de abuso.

Las consecuencias de tales abusos van más allá del daño inmediato: el 34,5% de las víctimas informan de efectos psicológicos duraderos, incluidos disgusto, miedo, ira, vergüenza, ansiedad, depresión, trauma y diversos problemas de salud mental.

Los relatos resaltan un problema sistémico donde el poder ejercido a través de abuso verbal y los abusos sexuales como acoso físico e insinuaciones sexuales se normalizan, afectando particularmente a las mujeres vulnerables en posiciones precarias.

 

Este estudio lanza una llamada a la acción para afrontar la desigualdad de género:

En respuesta a estos hallazgos y a pesar de haberse hablado mucho de la legislación existente que garantiza la igualdad de género, se lanza una poderosa llamada a la acción, instando sobretodo a los responsables máximos de Universidades e instituciones de salud a abordar seriamente la desigualdad de género y el respeto a los derechos humanos, reconociendo que el acoso sexual está profundamente conectado con derechos como la igualdad y la justicia social. El estudio propone una serie de recomendaciones;

  1. Promover el equilibrio de género y la diversidad en los roles de liderazgo.
  2. Implementar políticas integrales de prevención más allá de los Protocolos de Igualdad.
  3. Desafiar la normalización a través de sensibilización, campañas y capacitación dinámica.
  4. Integrar la información del protocolo de acoso en los procesos de incorporación.
  5. Desarrollar definiciones claras de acoso sexual y abuso de poder.
  6. Incorporar prácticas de Monitoreo, Evaluación periódica y Aprendizaje.
  7. Promover un enfoque centrado en las víctimas sobrevivientes.
  8. Estrategia de Tolerancia Cero.
 

Valoraciones de las co-autoras del estudio

Helena Legido-Quigley, Catedrática en Imperial College, en el Reino Unido.

“Agradecemos sinceramente cada historia compartida. Estas mujeres, valientes al romper su silencio, son la fuerza motriz detrás del cambio urgente que necesitamos en la academia y en nuestro sistema de salud. Proponemos medidas concretas, como impulsar liderazgos transformadores, implementar políticas integrales de prevención, desafiar la normalización del acoso y evaluar con indicadores medibles. Buscamos erradicar el abuso de poder y sexual, estableciendo un ambiente seguro, respetuoso y propicio para el bienestar de todas las personas.»

Blanca Paniello-Castillo, investigadora predoctoral del ISGlobal.

“Necesitamos un cambio estructural en las instituciones. Hemos visto que del 6.7% de las mujeres que reportaron a sus instituciones educativas o sanitarias, apenas en un 1.4% de los casos hubo alguna consecuencia. Nos lo cuentan médicas y enfermeras que sufren comentarios humillantes y peticiones de favores sexuales de sus jefes o gerentes hasta estudiantes de grado y doctorado que han sufrido tocamientos y manoseos del todo inapropiados a manos de sus profesores y jefes”.

Thaïs González-Capella, investigadora en la London School of Hygiene and Tropical Medicine.

“Llama la atención que mujeres de todas las generaciones, tanto más jóvenes como ya jubiladas, a día de hoy todavía arrastran su trauma. Hemos reflexionado mucho sobre las consecuencias en su salud mental y bienestar, pero también sobre el impacto negativo en la progresión de nuestras carreras profesionales. Además el acoso sexual hacia las mujeres está normalizado en sectores como como el académico y sanitario, donde se supone que los objetivos son hacer avanzar el conocimiento y cuidar de la salud de las personas”.

Ana Bernal-Triviño, investigadora de la Universitat Oberta de Catalunya y periodista especializada en violencia de género.

«El estudio, a la vez, forma parte de un proceso de reparación de las víctimas. Algunas no han hablado de ello o sintieron que no fueron escuchadas. Otorgar voz propia y consideración a su testimonio es una muestra de cómo la ciencia puede y debe contribuir a desvelar desigualdades y discriminaciones de los derechos de las mujeres, en la búsqueda de soluciones efectivas. Este análisis, además, realiza una aportación fundamental en la demostración de que el impacto de la violencia hacia las mujeres no es solo cuando el hecho se produce, sino que se sostiene en el tiempo y que en muchas ocasiones no tiene una respuesta adecuada del sistema público o privado. Ante esa violencia institucional se hace una llamada para una implicación comprometida de cualquier agente social para atender a las víctimas correctamente y sin complicidad con el agresor».

Neus Rosell, presidenta de WGH Spain.

“Para afrontar la realidad del acoso sexual necesitamos visibilizarlo, y el caso de #SeAcabó ha permitido traer el tema a la agenda política. Porque forma parte de la misión de WGH Spain, y también por responsabilidad con las personas que han ofrecido su testimonio en el estudio, seguiremos impulsando el cambio y promoviendo las recomendaciones que hemos identificado. WGH Spain está comprometida a seguir destapando todas las caras de la inequidad en salud, desarrollando propuestas y trabajando para que se garanticen los derechos de todas las personas”.

 

Acerca de la Asociación WGH Spain
WGH Spain forma parte de la organización internacional Women in Global Health. Los fines de la asociación son la contribución a la justicia y equidad de género de forma transversal en todos los ámbitos de la salud mediante la promoción de una salud global feminista, justa e igualitaria.

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